Desnutrición infantil: una realidad que podemos prevenir
Conoce qué es la desnutrición, sus causas, consecuencias y cómo prevenirla desde la alimentación, el control médico y la lactancia materna.
La desnutrición sigue siendo uno de los problemas más graves que afecta la salud y el desarrollo de los niños, especialmente en los primeros años de vida. No se trata solo de no comer lo suficiente, sino de no recibir los nutrientes necesarios para crecer sanos y fuertes. La buena noticia es que la desnutrición se puede prevenir si actuamos a tiempo, con hábitos de alimentación adecuados, controles médicos periódicos y un entorno familiar que promueva el cuidado y la atención integral.
¿Qué es la desnutrición infantil?
La desnutrición aguda se presenta cuando una persona no consume los alimentos necesarios en cantidad y calidad. En otras palabras, es una forma de inseguridad alimentaria, ya que el cuerpo no recibe suficientes nutrientes como proteínas, calorías, vitaminas y minerales para funcionar correctamente.
Aunque puede afectar a personas de todas las edades, los niños menores de cinco años son los más vulnerables, pues su cuerpo y su cerebro están en pleno desarrollo. En ellos, la falta de una alimentación adecuada puede dejar consecuencias graves y permanentes.
Causas de la desnutrición
Según UNICEF, la desnutrición no depende de una sola causa, sino de varios factores que se relacionan entre sí. Las principales son:
- Ingesta insuficiente de alimentos: no consumir los nutrientes que el cuerpo necesita.
- Falta de atención o cuidado adecuado: ausencia de acompañamiento familiar o seguimiento médico.
- Enfermedades infecciosas: como las respiratorias o gastrointestinales, que impiden que el cuerpo absorba bien los nutrientes.
Además, existen causas indirectas que agravan el problema, como la pobreza, la desigualdad social, la negligencia y la falta de educación alimentaria de padres, tutores o cuidadores. Todos estos factores crean un entorno que limita las oportunidades de los niños para crecer de forma sana y equilibrada.
Consecuencias de la desnutrición
La desnutrición puede afectar tanto a corto como a largo plazo.
A corto plazo, los niños pueden presentar:
- Infecciones frecuentes
- Debilidad general
- En casos graves, incluso la muerte
A largo plazo, las consecuencias pueden ser permanentes:
- Retraso en el crecimiento (baja talla para la edad)
- Dificultades en el aprendizaje
- Problemas cognitivos
- Riesgo de desarrollar diabetes o alteraciones en el colesterol
- Mayor posibilidad de depresión o deserción escolar en etapas posteriores
Estas secuelas no solo impactan la salud física del niño, sino también su bienestar emocional y su futuro académico y social.
Cómo prevenir la desnutrición infantil
La buena noticia es que la desnutrición se puede prevenir. Con pequeñas acciones y hábitos saludables en el hogar, se puede garantizar un crecimiento adecuado y una infancia plena. Aquí te compartimos algunas recomendaciones clave:
1. Promueve la lactancia materna
La lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida es fundamental. La leche materna contiene todos los nutrientes y defensas que el bebé necesita. Se recomienda continuar con la lactancia el mayor tiempo posible, complementando con otros alimentos después del sexto mes.
2. Ofrece una alimentación balanceada
A partir de los seis meses, los niños deben consumir alimentos de todos los grupos: frutas, verduras, cereales, proteínas y grasas saludables. Esto complementa la lactancia y asegura un desarrollo integral.
3. Evita los alimentos ultraprocesados
No se recomienda ofrecer dulces, gaseosas o jugos artificiales. En su lugar, puedes preparar gomitas naturales, jugos de frutas frescas o simplemente fomentar el consumo de agua potable.
4. Cumple con los controles médicos
Acude periódicamente a los controles de crecimiento y desarrollo en la IPS primaria. Allí los profesionales podrán detectar a tiempo cualquier signo de riesgo o alteración nutricional.
5. Administra las vitaminas recetadas
Sigue las indicaciones médicas respecto a la suplementación con vitaminas o minerales, ya que ayudan a reforzar las defensas y prevenir deficiencias nutricionales.
6. Aprende a reconocer los signos de alarma
Algunos signos que pueden indicar desnutrición son:
- Pérdida o falta de apetito
- Retraso en el crecimiento
- Hinchazón en piernas
- Delgadez extrema
- Cambios en la piel o el cabello
- Falta de energía o sueño excesivo
- Infecciones respiratorias o gastrointestinales repetitivas
Ante cualquiera de estos síntomas, es importante acudir de inmediato a los servicios de urgencias pediátricas o consultas prioritarias.
Atención y seguimiento médico
Si un niño es diagnosticado con desnutrición o riesgo de desnutrición (DNT), debe iniciar un seguimiento riguroso y gratuito. Las citas de control se realizan con esta frecuencia:
Para desnutrición:
- Cada 8 días
- Cada 15 días
- Cada 30 y 60 días hasta lograr la recuperación nutricional
Para riesgo de desnutrición:
- Menores de 1 año: cada mes
- De 1 a 2 años: cada tres meses
- De 2 a 5 años: cada seis meses
Durante este proceso, los niños no deben pagar cuotas moderadoras ni copagos, ya que el tratamiento es parte del derecho a la salud.
Importancia del acompañamiento familiar
El papel de la familia es esencial. Un entorno que promueva el cariño, la educación alimentaria y el acompañamiento médico fortalece la recuperación y evita recaídas. En el caso de los usuarios del Plan de Atención Complementaria (PAC), el tratamiento puede realizarse en la IPS primaria, continuando con las atenciones de su pediatra de preferencia.
La desnutrición no solo es falta de comida: es un problema que refleja desigualdad, desconocimiento y falta de atención oportuna. Sin embargo, cada acción cuenta: promover la lactancia, ofrecer alimentos nutritivos, asistir a controles médicos y actuar a tiempo ante los signos de alarma puede salvar vidas.
Cuidar la nutrición de los niños es invertir en su futuro, en su desarrollo y en una sociedad más saludable y equitativa.
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